Saltana Diez poemas de Friederike Mayröcker Revista de literatura i traducció A Journal of Literature & Translation Revista de literatura y traducción
Vierundfünfzig bis Siebenundfünfzig
In einem Abteil der
kk Österreich-ungarischen
Eisenbahn feierten sie
ein Fest
sie fuhren an den Zuckerfabriken vorbei
sie kämmten sich die roten Plüschwangen
sie verhielten sich wie einst Hölderlin und quamquam der Säufer
indem sie darauf warteten
dasz der Speisewagen einsteige

denn im Speisewagen im Verbotsnetz
in der Zwinge zwischen Neulengbach und Himmelskrätz
wollten sie sich wiedersehen
es war ein schafwollener Julitag
er trug flannels und einen kleinen Koffer
sie tranken sich zu

aber die andern sahen dasz es sechs war
im Geschwader der Nachmittagssonne
die Kupferhähne und die Kupferhähne
fiel Rauchgefieder auf die Stirn
im Abteil gegen Wien West Ost
und regnete wie Thomas Reuth
wie Alhambra im Märchen Schild
wie Sonnenmorgen Glühendolch
seitab wegab und um die Ecke
biegt sie ins kleine Dorotheum

und molchen sich in dieser Samtschlafecke
und kräuseln sich die Tennenspuren ab
die Abendsterne aller Abendsonnen
wie Kranzviolen gold um gold
und Honigträufeln von dem Atlasmund
und Bergpaläste hier und hoch
ein Schwanenbild im Wollkostüm
d'este hier und dort ein Kusz
dort fuhr ich hüttenwarm hinauf
und pflückte Schnee und Flieder
und pfeilten von dem nassen Trampolin
der Wassergott mit Dreispitz und Parfüm
die Sonnenrose und der Tamburin
auf welchen grünen Rasenbürden
nur mit dem Schuh gestreift

es geht nach Haus
im kühlen Taxi schnell nach Haus
und viele Morgen wolkenweiche Nacht
und Tränen Hände wangenglatt
und Flaschen biegsam Zigarettenhälse
und Osterlamm
und Atemschöpfen und nicht wissen ob




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Cincuenta y cuatro a cincuenta y siete
Traducción de Héctor A. Piccoli
En un compartimiento del
real e imperial ferrocarril
austro-húngaro celebraban
una fiesta
pasaban junto a las refinerías de azúcar
se peinaban las rojas mejillas de felpa
se comportaban como una vez Hölderlin y quamquam el borracho
esperando
que ascendiera el coche comedor

pues en el coche comedor en la red prohibitiva
en la abrazadera entre Neulengbach y Himmelskrätz
querían volver a verse
era un lanoso día de julio
él llevaba pantalón de franela y una maletita
brindaron uno por el otro

mas los otros vieron que eran las seis
en la escuadrilla del sol de la tarde
los grifos de cobre y los grifos de cobre
caía un plumaje fumífero sobre la frente
en el compartimiento que daba a Viena Oeste Este
y llovía como Thomas Reuth
como la Alhambra en el cuento Scutum
como mañana de sol daga incandescente
ella se aparta deja el camino y dobla la esquina
hacia el pequeño Dorotheum

y se asalamandran en este rincón de sueño aterciopelado
y se encrespan quitándose las huellas de la era
las estrellas vespertinas de todos los soles vespertinos
como violas coronarias oro a oro
y goteo de miel de la boca de raso
y palacios de montaña aquí y en alto
una imagen de cisne vestida de lana
de este aquí y allí un beso
allí ascendí en tibieza de choza
y recogí nieve y lilas
y flecheaban del húmedo trampolín
el dios del agua con tricornio y perfume
el heliantemo y el tamboril
sobre los cuales verdes fardos de césped
rozados tan sólo con el zapato

en camino a casa
en el frío taxi rápido a casa
y muchas mañanas noche blanda como las nubes
y lágrimas manos con lisura de mejillas
y botellas con ductilidad cuellos de cigarrillos
y cordero pascual
y cobrar aliento y no saber si




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Derechos de autor Retorno a ti mi niño muerto Diez poemas de Friederike Mayröcker